Más que por mí, hay una razón mucho más grande por la cual no me puedo permitir eso de rendirme:
La (mala) sociedad.
Es verdad que se ha avanzado algo, pero a día de hoy: año 2025, se sigue juzgando (y mucho) por el físico, se juzga como quien comenta el tiempo, sin conciencia alguna.
Y me vais a perdonar, pero sobre todo a las mujeres.
Por supuesto, no he vivido ajena a esto, posiblemente me hayan dicho todas las malas palabras que existen acerca de un cuerpo y un aspecto, entre otras:
Me han dicho que no podía correr porque estaba gorda, que como mucho salir a andar.
Me han dicho que para qué entrenar mi cuerpo, si total con esta cara (fea).
Han puesto y ponen en duda (una y otra vez) mis avances en cuanto a distancias y ritmos, porque una mierdecilla como yo... bah, imposible que haga eso. (De momento: récord en distancia de 20,380 km y récord en ritmo de 3:52 min/km —15,50 km/h—, aunque reconozco que mi ritmo medio está entre 6:04 - 6:11... que no soy tan pro, ¡yo no soy Verdeliss!*).
Así que sí, por cabezonería he seguido corriendo incluso cuando he tenido tres lesiones activas, incluso cuando he tenido guardias seguidas y horribles, cuando he estado resfriada, cuando no podía con mi alma, cuando la ropa me hacía herida tras muchos kilómetros y volvía sangrando a casa. Con frío, con lluvia, con sol.
El dolor y el cansancio nunca pudieron frenarme.
Solo he parado de correr ahora que el psoas no me permite dar una zancada por más que intente forzar (pero es solo temporal, ¿eh? Voy a recuperarme enseguida, ya lo veréis). Sin embargo, sigo entrenando fuerza (correr no es solo correr, hay que hacer más entrenamientos aparte), sigo a tope con el deporte porque tengo la ilusión de hacerme una media maratón en un ritmo de menos de 6 a corto plazo (por eso me leéis poco, porque cuando no estoy trabajando, estoy entrenando, y el rato que me sobra en la noche prefiero gastarlo en leer que en escribir), y con el tiempo, una maratón, aunque aquí no tengo meta de ritmo (aún), de momento me bastaría con completar los 42,5 kilómetros, 🤭 (al fin y al cabo no llevo ni un año corriendo, y no hace ni medio año que me planteo la media maratón, así que, oye, ni tan mal).
Y no puedo rendirme: No solo por mí misma, porque en este mundo de frustraciones tener una pequeña cosa en la que vas haciendo logros es un auténtico asa, sino por todas aquellas personas que son una y otra vez juzgadas e invalidadas solo por su físico.
No voy a hacerme la dura, también me ha llevado tiempo y lágrimas salir del bucle infinito en el que todas esas actitudes me causaban molestia, de empezar a comer sin culpa, de hacer deporte porque quiero, porque me gusta, y no por quemar y quemar grasa y calorías.
Comer CON gusto.
Correr POR gusto.
Por eso:
Las palabras de los demás no nos definen.
No somos un cuerpo.
No somos unos kilos.
No somos un físico.
No somos una cara fea.
Las palabras no nos van a imponer qué podemos o no podemos hacer, y menos con nuestros cuerpos.
Me conocéis, sabéis que no soy una persona a la que escucharían (voy a flipar si alguien lee esto, en verdad), no muevo masas, no soy influencer (gracias), pero este es mi pequeño acto de rebeldía:
Por todas esas personas que sufren solo por haber nacido con un cuerpo distinto a lo aceptado: No me rendiré.
Puedo porque podemos.
Por favor, tú tampoco te rindas.
*Verdeliss (Estefanía Unzu Ripoll): Atleta que (con ocho hijos) ha logrado completar el World Marathon Challenge (7 maratones, en 7 días consecutivos, en 7 continentes distintos) y ha batido el récord de España en maratón de 100 km (¡100km, chiquis!), completándolo en un crono de 7:47:46. Una maravilla de mujer. Inspiración con alas en los pies.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja aquí tu comentario, insulto o amenaza: